martes, 14 de diciembre de 2010

Teatro, la vida es puro teatro

Lo cierto y verdad es que antes de comenzar este curso yo tenía una cierta imagen del teatro, lo concebía como aquello en el que una serie de actores llevaban a escena una representación en su mayoría de temas que hacían divertirse al público y pasarlo bien. Ingenuo de mí. En estos tres últimos meses mi percepción del teatro ha cambiado totalmente debido a una de las asignaturas que se dan en mi carrera y que se trata de literatura hispánica actual. Ya hace unas semanas tuvimos el placer de conocer la labor de una de las mejores dramaturgas del momento, Angélica Lidell; sin lugar a dudas, un teatro totalmente vanguardista que mucho deja de desear con respecto a las características que antes he mencionado. Llegando incluso a cortarse la piel, hace que sus espectadores sientan lo mismo que ella siente; llevándolos a un ámbito totalmente desconocido en el teatro. Y es que para algunos dramaturgos el teatro no se ve como una forma de entretenimiento y disfrute sino que se intenta que todo aquel que vaya al teatro reflexione sobre lo que ha visto y se convierte en un elemento más del mismo.
Todos estos augurios se han terminado de confirmar hoy cuando por algo más que por interés la mayoría del grupo de segundo de periodismo hemos ido a ver una de las obras de la compañía "Cámara Negra" que dirige Carlos Álvarez-Ossorio, antiguo alumno de la facultad de comunicación. La obra que llevaban a escena era Hamlet Machine, y la verdad que a título personal me parecía una actividad bastante interesante aun desconociendo en que consistía la obra. Ya mientras esperábamos aglutinados en la puerta del salón de actos, empezábamos a escuchar algunos rumores sobre si era un monologo o que en anteriores pases, la gente abandono la sala. Sin más miramientos nos dispusimos a entrar, y allí encontramos sobre el escenario a un joven sentado en una banqueta y con las luces dispuestas de manera singular; el aforo estaba completo. Pasadas las siete y media de la tarde comenzaba el espectáculo. El joven de la banqueta empezaba a fumar, y a la vez se escuchaban una voz por detrás. Iluminado con una leve luz que acentuaban aun mas sus acciones; traslado su banqueta de lugar y comenzaba a relatar una historia; de la cual sinceramente no podre destacar mucho porque al igual que el resto de mis compañeros bien poco hemos sacado en claro. Sin lugar a dudas lo primero que comenzó impactando fue el movimiento de la botella de cerveza que hizo que al abrirla bastante se derramara por el suelo. En ese momento todos sabíamos que esa no sería una función normal y así fue. De este modo, posteriormente abrió una caja de leche y la derramo por el suelo; no contento con ello y ante el asombro de todos nosotros comenzó a desnudarse y a estirazarse por el suelo revolcándose en la leche. Algo de lo que he entendido, y en el que simulaba cuando estaba dentro del vientre de la madre y reprochando el haber nacido. Luego se espolvoreo con harina y continuamente hacia hincapié en su nacimiento y en el hecho de no ser mujer. Así llego a lo que parecía el final de la obra, Osorio daba por terminada la función dirigiéndose al público en un tono común e incluso con la radio puesta esperando que los asistentes se levantasen. Pero nada más lejos de la realidad, continuo con su monologo y con su estupenda actuación mientras ingería comida de perros delante del televisor y fingía una masturbación, criticando el poder de la tele.
Tal vez estos sean los hechos más relevantes pero es sin duda de lo que todos nosotros nos acordaremos dada la complejidad del texto. Sin lugar a duda de una gran calidad y con un mensaje escondido que yo al menos aun no he podido descubrir.